Álvaro Leyva Durán hace honor a la fama de agitador que se ha ganado a lo largo de su dilatada vida pública en Colombia. El octogenario político de origen conservador, que inició el mandato de Gustavo Petro como el canciller de la paz total y uno de los más fieles escuderos del presidente, ha completado el giro necesario para convertirse en uno de los críticos más venenosos del Gobierno al que perteneció. Su más reciente dardo apunta a la vida privada de un mandatario que ha sido objeto de intensa especulación desde que fue alcalde de Bogotá, hace más de una década. Si Leyva vertía desde hace un par de meses reparos crípticos en las redes sociales, la carta que reveló este miércoles le atribuye directamente a Petro un problema de adicción a las drogas que, asegura, afecta su capacidad para gobernar.
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