Barra libre, o casi. Durante más de dos años y medio de guerra, Joe Biden impuso serias cortapisas al uso del armamento que enviaba a Ucrania para repeler la invasión rusa. El argumento era el temor a provocar una respuesta rusa de una violencia desproporcionada. A dos meses de dejar la Casa Blanca y de la llegada de Donald Trump, que previsiblemente cambiará la política, el presidente saliente estadounidense está levantando a toda prisa esas limitaciones: primero aprobó el lanzamiento de misiles de largo alcance hacia el interior de Rusia el fin de semana; este miércoles, el uso de minas antipersona. Las ventajas, calcula Washington, superan el riesgo percibido hasta ahora.
No hay acuerdo en Cámara Baja sobre publicación de informe sobre candidato de Trump a fiscal general
Legisladores de la Comisión de Ética de la Cámara de EEUU no han llegado a un acuerdo sobre la publicación...