
La expiración de la licencia 41B el pasado 27 de mayo, que permitía a la estadounidense Chevron operar y exportar crudo venezolano sin infringir las sanciones impuestas por EEUU, abre un nuevo capítulo de incertidumbre para la industria petrolera nacional.
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En una entrevista para La Patilla, Gilberto Morillo, exgerente de Planificación Financiera de Pdvsa y consultor energético, advierte que esta decisión podría tener implicaciones tanto económicas como sociales para Venezuela.
Aunque la información oficial sobre el alcance operativo actual es limitada, Morillo señala que si Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no logra asumir las operaciones que llevaba adelante Chevron en sus asociaciones, el país verá una disminución progresiva en la actividad económica relacionada. “Habrá menos movimiento económico alrededor de esas actividades. Empleados, contratistas, labor social se verían afectados aunque en forma paulatina”, explicó.
¿Quién puede llenar el vacío?
Morillo aclara que los beneficios que Chevron generaba no estaban ligados directamente a las exportaciones, sino a la actividad de extracción y el pago de regalías. Por eso, si Pdvsa no puede continuar esas labores, encontrar una empresa que las asuma será complicado debido a las sanciones internacionales. “Solo podría hacerlo Pdvsa —se cree que solo parcialmente— o un contratista, pero es difícil de encontrar por las sanciones, y solo podría asumir parte de lo que manejaba Chevron”, afirmó.
¿Habrá escasez o subida de precios?
Uno de los temores inmediatos de la población gira en torno al abastecimiento de gasolina. Según Morillo, este aspecto no debería verse afectado en el corto plazo. “Se estima que la gasolina que se consume es nacional y usa crudo nacional, y hay suficiente con la producción de Pdvsa”, aseguró.
Sin embargo, advirtió sobre posibles repercusiones en el mercado cambiario. “Los precios pueden subir si Pdvsa no logra inyectar divisas iguales a las que vendía Chevron en el mercado. Eso pareciera que ya está pasando”, comentó, anticipando también una “subida del dólar paralelo, lo cual trae inflación y ya se nota”.
¿A dónde va ahora ese petróleo?
Sobre el destino de las exportaciones que antes manejaba Chevron, Morillo indica que todavía es prematuro tener certezas. “Apenas estaría Pdvsa tomando esas operaciones. Se especula que solo clientes del lejano oriente lo comprarían, ya que estarían fuera del radar de los EEUU que podrían tomar represalias a cualquier comprador de crudo venezolano”, explicó. Además, añadió que la rentabilidad para el país sería “mínima”, ya que Pdvsa tendría que ofrecer descuentos significativos para lograr colocar ese petróleo en el mercado.
¿Qué puede hacer el régimen?
El experto prevé que el régimen de Nicolás Maduro intentará mantener las operaciones funcionando con personal propio o contratando nuevos trabajadores, aunque advierte que eso no será sencillo. “Supongo que intentarán operar las instalaciones de los socios con su personal o contratando más empleados, pero es difícil conseguirlos en el país. Tal vez intenten buscar contratistas, pero tampoco es tarea fácil”, señaló.
Morillo también fue claro respecto a las perspectivas de inversión extranjera en el país: “Es muy difícil para Venezuela atraer inversionistas estando sancionada. Solo inversionistas muy arriesgados, buscando altas rentabilidades. Si es que se encuentran”.
¿Hay una salida?
Pese a las dificultades, el consultor no descarta que Pdvsa pueda, con mucho esfuerzo, compensar parte de lo que antes aportaba Chevron. “Realmente, si Pdvsa logra producir y colocar los crudos que antes procesaba Chevron, podría igualar muchos beneficios que se tenían con Chevron en cuanto a ingreso de divisas”, afirmó.
No obstante, para un país que depende fuertemente del ingreso petrolero, la salida de una transnacional como Chevron representa un nuevo desafío económico y operativo, con consecuencias que podrían sentirse progresivamente en la vida diaria de los venezolanos.