Por Gustavo Lainette | Activista político-social y Fundador Resistencia Venezolana ONG
Hoy quiero hablarle al corazón de la diáspora venezolana. A ese venezolano que salió huyendo de una dictadura asesina, que tuvo que dejar atrás su familia, sus sueños, su país. A ese venezolano que trabaja, que lucha, que se esfuerza por rehacer su vida en libertad. Y también quiero hablarle a quienes están despertando, a quienes ya no están dispuestos a convivir con los cómplices del régimen, aquí, en el exterior.
Porque sí, los tenemos al frente. Viven entre nosotros. Se disfrazan de emprendedores, de artistas, de influencers, de empresarios. Compran Ferraris, se hospedan en hoteles cinco estrellas, se sientan en los mejores restaurantes de Miami, Madrid, Bogotá o Ciudad de México. Pero son enchufados, testaferros y colaboracionistas del régimen que ha destruido a Venezuela.
¿Y saben qué es lo peor? Que muchos de ellos fueron recibidos por nuestras comunidades, por la misma diáspora que ha llorado la separación familiar, que ha enterrado a sus muertos por falta de medicinas, que ha pasado hambre, que ha dormido en estaciones de tren y ha sido humillada por ser “refugiada”.
Por eso nacen los Comandos Antichavistas, como una necesidad urgente, como un acto de justicia ciudadana. Somos un grupo de activistas, venezolanos libres y decididos, que nos hemos organizado para desenmascarar y exponer públicamente a todos los que, desde la comodidad del exilio, han vivido de saquear a Venezuela.
Cantantes que le rinden tributo al régimen, músicos que se presentan en cumpleaños de narcos y funcionarios corruptos, artistas que se prestan a la propaganda del chavismo… Todos están siendo identificados, denunciados y expuestos. Y no solo ellos: empresarios con testaferros en Doral, en Brickell, en Panamá, en Tenerife, con negocios armados con dinero sucio. A todos los estamos investigando, armando expedientes legales para solicitar la revocatoria de visas, sanciones migratorias, confiscación de bienes y la expulsión de los países del mundo libre.
Porque no es justo que mientras millones de venezolanos no pueden abrazar a sus hijos, estos criminales disfruten del mismo cielo que nosotros, en libertad.
La respuesta ha sido abrumadora. Miles de venezolanos se nos han unido con denuncias, pruebas, fotografías, testimonios. Gente que perdió el miedo. Gente que ya no quiere callar más. Porque si tú no los denuncias, estás siendo cómplice de su silencio.
La lucha no es solo en Venezuela. También se libra en el exilio. Y es hora de que cada venezolano se convierta en un comando antichavista. No con violencia, sino con el poder de la verdad, de la denuncia, de la acción cívica organizada.
Por eso hoy, desde esta columna, hago un llamado firme y respetuoso a toda la diáspora venezolana:
En Estados Unidos, en Europa, en América Latina:
📩 Si conoces a un enchufado, a un colaborador del régimen, a un testaferro escondido entre la diáspora, denúncialo.
Hazlo en www.resistenciavenezolana.org
- Nosotros lo investigamos. Nosotros lo exponemos.
- Ya basta de normalizar a los criminales. Ya basta de premiar a quienes destruyeron a nuestro país.
- Este no es solo un acto de justicia. Es un acto de amor por Venezuela.
- Porque la libertad no se hereda, se conquista. Y a nosotros nos toca conquistarla, donde sea que estemos.
- Si no podemos vivir en Venezuela, tampoco los dejaremos vivir en el exterior.
Dios con nosotros, cúmplase!