La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó que en febrero detuvo a 8.347 inmigrantes indocumentados cruzando la frontera suroeste por sus diversos puntos de entrada, una caída del 94 % interanual y una disminución del 71 % intermensual.
“Las detenciones a nivel nacional de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (USBP, por sus siglas en inglés) promediaron aproximadamente 330 al día en febrero, el primer mes completo desde que el presidente (Donald Trump) emitió nuevas órdenes ejecutivas para asegurar la frontera. Este es el promedio nacional de detenciones más bajo en la historia”, aseguró CBP en un comunicado.
El presidente estadounidense había comunicado una drástica reducción de cruces fronterizos durante febrero, el primer mes completo de su mandato, y dio por terminada la “invasión”, la forma en la que suele referirse a la llegada de migrantes al país.
“El presidente Trump y la secretaria Noem han enviado un mensaje claro: si cruza la frontera ilegalmente, será deportado sin posibilidad de volver a intentarlo al día siguiente o en pocas horas. Como resultado, los encuentros de la CBP con inmigrantes indocumentados han disminuido drásticamente”, afirmó el 12 de marzo la CBP.

Otros datos de la CBP
Las autoridades migratorias estadounidenses ya habían reportado en febrero una reducción de 85 % de los cruces en la frontera sur con México durante los primeros 11 días del segundo gobierno de Trump, que asumió el cargo el 20 de enero.
Además, entre mediados de enero y finales de febrero, la CBP dice que participó en operativos estratégicos de control en California, Arizona y el noroeste del Pacífico durante los que incautó más de 4.800 kilos de drogas.
Trump llegó al poder con la promesa de llevar a cabo una deportación masiva de migrantes, a los que suele llamar “criminales”.
Se calcula que más de 11 millones de personas viven en Estados Unidos sin un estatus legal, muchas de las cuales llevan décadas en el país y suponen una parte significativa de la fuerza laboral.
Entre otras medidas, el republicano militarizó la frontera, ordenó redadas en varios puntos del país y revocó beneficios migratorios para varias nacionalidades, entre ellos los ciudadanos venezolanos.
La migración de retorno
En medio de esta situación en Estados Unidos, gran parte de los migrantes que habían viajado hasta la frontera con México han tomado la decisión de retornar hacia sus países de origen o para establecerse en otras naciones.
Muchos de estos son venezolanos y han optado cruzar vía marítima desde Panamá a Colombia para evitar caminar nuevamente la selva del Darién.
Frente a esta migración de retorno, los gobiernos de Panamá y Costa Rica acordaron el 12 de febrero trasladar a los migrantes que retornan desde el norte del continente hacia el sur a albergues en las fronteras, para luego ser devueltos a sus países.

Establecieron un protocolo inicial para gestionar el regreso de estas personas y concentrarlos en el Centro de Atención al Migrante (Catem) en Costa Rica hasta que puedan ser llevados a un tercer país.
La mayoría de los migrantes en retorno proceden de México, y siguen la ruta de Centroamérica, toman un barco por el Caribe colombiano y de allí a su país o a un tercer destino para evitar adentrarse nuevamente en la selva del Darién, que es la única vía terrestre que comunica al istmo centroamericano con el sur del continente.
En este contexto, el 27 de febrero zarparon desde un puerto de la provincia de Colón, aledaña a la capital de Panamá, tres barcos gestionados por las autoridades con 180 migrantes con destino a la frontera con Colombia, para agilizar el flujo migratorio en el viaje de retorno a Suramérica.
Con información de EFE.
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