En esta historia Kilmar Abrego García, el migrante salvadoreño deportado por error a su país natal a pesar de que contaba con una orden judicial que prohibía su expulsión de Estados Unidos, es David, y Goliat, el Gobierno de Donald Trump. Del lado de Abrego García está la justicia, con el Tribunal Supremo habiendo ordenado su retorno a suelo americano. Pero en esta versión del cuento bíblico no está nada claro que el joven logre derrotar al gigante de la Administración republicana, que tras varias derrotas en los tribunales, ha decidido emplear una nueva estrategia de ataque en un caso que ha conmovido al país. Ahora pretende retratarlo como un monstruo.
El último zarpazo de Bukele para perpetuarse en el poder
La reforma de varios artículos de la Constitución posibilitará la reelección indefinida del máximo líder de El Salvador Leer