Un estudio genético de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) indicó que el Homo sapiens desciende de dos especies y no de una sola como está contemplado. Hasta ahora, la ciencia establecía que el humano surgió de África entre 200 mil y 300 mil años a partir de un único linaje.
De acuerdo con la investigación, hace 1,5 millones de años, dos poblaciones humanas se separaron y hace 300 mil años volvieron a encontrarse dando como resultado que una de ellas aportó el 80 % de la composición genética de los humanos modernos y la otra el 20 %.
El estudio, liderado por el biólogo Trevor Cousins, fue publicado el 18 de marzo en la revista Nature Genetics.
“Durante mucho tiempo se ha supuesto que evolucionamos a partir de un único linaje ancestral continuo, pero los detalles exactos de nuestros orígenes son inciertos”, señaló Cousins en la investigación.
El coautor de la investigación, Richard Durbin, agregó que este análisis muestra indicios claros de que los orígenes evolutivos son más complejos y contaron con la participación de distintos grupos que se desarrollaron por separado durante más de un millón de años y luego volvieron para formar la especie humana actual.

Aunque la ciencia establece que las especies humanas neandertales y denisovanos se cruzaron con el Homo sapiens hace unos 50 mil años, el estudio sugiere que mucho antes de esas interacciones se produjo una mezcla genética más sustancial.
Y a diferencia del ADN neandertal, que supone cerca del 2 % del genoma de los humanos modernos no africanos, esta mezcla aportó hasta 10 veces esa cantidad y se encuentra en todas las personas actualmente.
Estudio genético de especies modernas
Los investigadores se basaron en el análisis del ADN humano actual, en lugar de extraer material genético de huesos antiguos, con datos de poblaciones de África, Asia, Europa y América.
El equipo desarrolló un algoritmo computacional inteligente que modela cómo las antiguas poblaciones humanas se separaron y posteriormente se fusionaron, lo probó con datos simulados y lo aplicó a datos genéticos humanos reales del Proyecto 1.000 Genomas.
De acuerdo con los resultados del estudio, no solo encontraron pruebas de dos poblaciones ancestrales en el ADN humano moderno, sino que también detectó algunos cambios genéticos posteriores a la separación de las poblaciones antiguas.

“Inmediatamente después de que las dos poblaciones ancestrales se separaran, observamos un grave cuello de botella en una de ellas, lo que sugiere que se redujo a un tamaño muy pequeño antes de crecer lentamente durante un periodo de un millón de años”, explicó otro de los coautores de la investigación, Aylwyn Scally.
El experto acotó en el estudio que la población hasta ahora desconocida aportaría posteriormente alrededor del 80 % del material genético de los humanos modernos y también sugiere que pudo haber sido la especie ancestral de la que divergieron neandertales y denisovanos.
“Algunos de los genes de la población que aportó una minoría de nuestro material genético, en particular los relacionados con la función cerebral y el procesamiento neuronal, pueden haber desempeñado un papel crucial en la evolución humana”, apuntó Cousins.
También descubrieron que los genes heredados de la segunda población solían estar lejos de regiones del genoma vinculadas a funciones génicas, lo que apunta a un proceso conocido como selección purificadora, en el que la elección natural elimina las mutaciones perjudiciales con el paso del tiempo.
Método avanzado de estudio
El equipo indicó que su método de investigación podría ayudar a transformar la forma en que los científicos estudian la evolución de otras especies para determinar su origen.

“Es probable que el mestizaje y el intercambio genético hayan desempeñado un papel importante en la aparición de nuevas especies repetidamente en todo el reino animal”, añadió Cousins.
Las pruebas fósiles sugieren que especies como Homo erectus y Homo heidelbergensis vivieron tanto en África como en otras regiones, lo que las convierte en posibles candidatas para estas poblaciones ancestrales.
No obstante, los investigadores concluyeron que harán falta más investigaciones y pruebas para identificar cuáles antepasados genéticos corresponden a cada grupo fósil encontrado en el mundo.
El 12 de marzo se conoció el hallazgo de huesos faciales en el yacimiento de Atapuerca (España) que datan de entre 1,4 y 1,1 millones de años. De acuerdo con los arqueólogos son los restos humanos más antiguos hallados en Europa occidental y además determinaron que sus rasgos no encajan con ninguna de las especies conocidas del Pleistoceno por lo que fue clasificado como Homo affinis erectus.
Este descubrimiento se relaciona con el estudio debido a que también propone que hubo al menos dos especies hasta llegar a la que conocemos actualmente.
Con información de EFE
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