El Gobierno estadounidense da señales de confiar en las posibilidades de un alto el fuego, primero, y el fin de la guerra, después, en Ucrania tras las conversaciones en Moscú entre el enviado de Washington, Steve Witkoff, y el presidente ruso, Vladímir Putin. En sus redes sociales, el presidente Donald Trump ha apuntado este viernes a “una muy buena posibilidad de que acabe esta guerra horrible y sangrienta” y ha pedido a Putin benevolencia para las tropas ucranias en la región rusa de Kursk. Más preciso, el secretario de Estado, Marco Rubio, se ha descrito como “cautelosamente optimista” tras los últimos contactos, aunque ha reconocido que la situación de la guerra es “compleja”. También los ministros de Exteriores del G-7 (los siete países más ricos del mundo, entre los que se cuenta Estados Unidos) han lanzado una señal de presión hacia Moscú al advertirle de nuevas sanciones si no acepta la oferta de tregua que hay sobre la mesa. La respuesta rusa, de momento, pasa por el último mensaje de Putin, que solo contempla que los soldados ucranios en la región rusa ocupada se rindan.
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Ambos países firmarán un acuerdo estratégico que ampliará su cooperación en diversas áreas.