Si Arpineh Masihi pudiera votar, lo habría hecho por Donald Trump. Es una ferviente defensora del presidente estadounidense, incluso ahora que está detenida por ser inmigrante ilegal.
«Está haciendo lo correcto porque muchas de estas personas no merecen estar aquí», le dijo Arpineh por teléfono desde el centro de detención de inmigrantes de Adelanto, en el desierto de Mojave, California.
«Lo apoyaré hasta el día de mi muerte. Está haciendo que Estados Unidos vuelva a ser grande», resaltó.
En muchos sentidos, Arpineh, de 39 años de edad, es una historia de éxito estadounidense: un excelente ejemplo de cómo el país ofrece segundas oportunidades, e incluso terceras.
La madre de Arpineh llora al hablar de su hija, que vive en Estados Unidos desde los 3 años.
Pasó por una mala racha hace muchos años, en 2008, cuando fue declarada culpable de robo y robo mayor y condenada a dos años de prisión.
Un juez de inmigración le revocó la Green Card, la tarjeta de residencia permanente, lo cual es una práctica común. Pero como es iraní-armenia-cristiana, el juez le permitió permanecer en el país en lugar de ser deportada.
«Somos cristianos. No puede regresar de ninguna manera», dice Arthur, esposo de Arpineh.
Pero desde que salió de prisión, Arpineh reconstruyó su vida, creando un negocio exitoso y una familia entre los cientos de miles de inmigrantes iraníes que consideran el sur de California su hogar.
El oeste de Los Ángeles, a menudo llamado Tehrangeles, alberga la mayor población de iraníes fuera de Irán.
Trump fue elegido en parte por su promesa de «lanzar el mayor programa de deportaciones de criminales de la historia», una promesa en la que Arpineh, su esposo y su madre dicen que aún creen.
Pero la familia dice tener fe en que Arpineh será liberada y cree que solo los criminales más peligrosos y reincidentes serán deportados.
Los cuatro hijos son ciudadanos estadounidenses, nacidos y criados en California. La pareja cree que las autoridades lo tendrán en cuenta al decidir el destino de Arpineh.
«Tengo cuatro hijos ciudadanos. Tengo un negocio. Tengo una propiedad. Tengo carros», indica Arpineh.
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