La obesidad es una enfermedad que va más allá del cuerpo de una persona, es una patología que puede conllevar consecuencias psicológicas para el paciente, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente, la obesidad es uno de los problemas de salud más graves en el mundo y sus causas podrían estar relacionadas a factores genéticos, periodos prolongados de ingesta excesiva de comida o un estilo de vida sedentario.
Enfermedades como la obesidad y otros trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están asociados con frecuencia a estados depresivos y a crisis ansiosas, lo que hace que exista una relación bidireccional entre estas condiciones.

Para la psicóloga Andreína García, especialista en Intervención Psicológica en TCA, la ansiedad y la depresión están estrechamente relacionadas con la obesidad, así como los trastornos de la alimentación como: anorexia, bulimia, trastorno por atracón (ingesta compulsiva de alimentos), entre otros.
Cómo impacta la obesidad en la salud mental
Ante esto, la experta explicó que la ansiedad y la depresión pueden impactar la vida de una persona con obesidad, debido a que esta enfermedad puede afectar de manera cotidiana la funcionalidad de su propia vida. Por ejemplo, no querer asistir a reuniones sociales, evitar la fotografías, tener una relación emocional con la comida, por nombrar algunas.
“Las personas con obesidad mantienen un diálogo interno sobre la lucha con el peso, aunque no lo expresen o lo nieguen. Esta lucha emocional es distinta para cada uno y su impacto psicológico es personal”, dijo García en una entrevista para El Diario.

Aunque la psicóloga destacó la relación entre la obesidad y la depresión o ansiedad, aclaró que los trastornos de conducta alimentaria podrían ser una consecuencia patológica grave que a su vez deriva de diferentes causas.
“Tanto la obesidad como el bajo peso se desprenden muy posiblemente de los TCA y esta a su vez coexiste con un diagnóstico base de ansiedad y depresión. Además, de estos trastornos derivan otras patologías con consecuencias clínicas”, añadió.
Autopercepción de las personas con obesidad
Otra forma en que la enfermedad afecta a la salud mental es en la autopercepción y en el impacto que esta imagen tiene en el desarrollo del individuo en cada uno de sus vínculos y su relación con el entorno social.
“La obesidad tiene un impacto en el desarrollo de los vínculos o relaciones interpersonales porque hay un diálogo interno que muchas veces invalida las emociones o cómo se ve nuestro cuerpo. En muchos casos, también sucede con la dismorfia corporal (trastorno psiquiátrico que se caracteriza por una preocupación excesiva por la apariencia física)”, dijo.

Partiendo de esto, García indicó que quienes no cumplen con “cuerpos normativos” probablemente busquen aceptación, validación y aprobación de su entorno. Una forma de hacerlo es desarrollar habilidades como la comedia, el sarcasmo, entre otras.
Sumado a eso, la psicóloga señaló que la relación de una persona con la obesidad y su entorno podrían contribuir a que el paciente anule su propia autoimagen por no cumplir con patrones estéticos socialmente aceptados, lo que a su vez podría establecer en el paciente una creencia limitante.
Importancia de tener una buena relación con la comida
La psicóloga Andreína García detalló que estos trastornos pueden trabajarse siempre y cuando el paciente mejore su relación con la comida. Además, reiteró la importancia de que, aunque no se padezca un trastorno de la conducta alimentaria, todos los adultos deben revisar con un especialista cuál es la relación que tiene con los alimentos.
“Como adultos, tenemos la responsabilidad de mejorar nuestra relación emocional con la comida. Es fundamental conocer cómo nos enseñaron a comer y cómo esto afecta la forma en la que consumimos alimentos hoy en día. Esto tienen que hacerlo todas las personas, no solo las personas con cuerpos no normativos o con sobrepeso”, expuso la especialista.
Asimismo, García instó a las personas a hacerse preguntas como: “¿por qué la tristeza se asocia a comer chocolate o golosinas?”, “¿por qué cuando se experimenta rabia se piensa en comida chatarra?” o “¿por qué sigo comiendo si ya estoy satisfecha?” A su juicio, todas estas conductas determinan la relación que cada persona tiene con los alimentos.

“Hacerse este tipo de preguntas puede ayudar a resolver temas de la emocionalidad que está relacionada a la comida”, sugirió.
En el caso de los niños y niñas, la especialista aclaró que no existe una forma única para alimentarlos correctamente. Sin embargo, recomendó a los padres y representantes seguir revistas científicas que compartan información relevante sobre cómo alimentar a bebés y niños.
Además, García aseguró que el momento de comer para los bebés y niños debe ser tratado como suma importancia, en el que se trate de una experiencia sin distracciones evitando los aparatos electrónicos.
“Ese momento debe ser muy armonioso para poder transmitir al infante la importancia de que sean conscientes de lo que comen”, agregó. Otra de las recomendaciones es no identificar los alimentos como “buenos” y “malos”.
Recomendaciones para pacientes con obesidad
En relación con qué debe hacer un paciente con obesidad y sobrepeso en cuanto a su salud mental, la psicóloga Andreína García compartió varias recomendaciones, entre ellas, asistir a terapia, red de apoyo y trabajo personal.
“Asistir a terapia permite que el paciente verbalice en voz alta cosas que solo están en su diálogo interno. Sobre todo ayuda a evidenciar la forma en la que el paciente se habla a sí mismo”, afirmó.
Por su parte, la red de apoyo (familia y amigos) de una persona con sobrepeso u obesidad es fundamental para ayudar en el proceso de entendimiento y aceptación de la realidad.

Mientras que a las redes de apoyo les sugirió no juzgar los procesos de las personas con sobrepeso u obesidad. En cambio, recomendó hacer preguntas asertivas como: “¿cómo puedo ayudar?”, “¿cómo puedo apoyarte?”.
“A veces estamos tan pendientes de lo que nosotros creemos que pueda ayudar que nos olvidamos de escuchar. Entonces, yo les invito a la gente si tiene algún amigo o algún familiar con obesidad, escúchenlo, pero escúchenlo más allá de lo que ustedes quieren oír, escúchenlo de forma activa y prestando atención”, dijo García, quien también destacó que esta red de apoyo debe estar constituida por personas que estén dispuestas a acompañar al paciente durante su proceso mental.
La especialista destacó que el trabajo personal del paciente debe hacerse en paralelo a la terapia. El trabajo personal es todo lo que el paciente hace para cuidar de sí mismo física y psicológicamente como una rutina de skincare en la mañana, arreglarse las uñas, hacer la cama, ir a ver una película, practicar un pasatiempo o destinar tiempo a actividades que proporcionen bienestar.
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