De un extremo al otro de Argentina, estudiantes y profesores universitarios protagonizan el principal foco de resistencia al ajuste del Gobierno de Javier Milei. Huelgas, ocupaciones de edificios, marchas y clases públicas se reprodujeron durante la última semana y se prevé que continuarán en la que viene, en reclamo de más fondos para la educación superior y mejores salarios para los profesores. Milei ha sostenido que no va a ceder y que seguirá priorizando el superávit fiscal. Mientras, el presidente ha redoblado sus ataques contra las universidades públicas. Después de considerarlas centros de adoctrinamiento político e ideológico y de acusar a sus autoridades de malversar recursos, entre otras cosas, ha dicho que excluyen a los sectores sociales más pobres. Pero los datos oficiales lo desmienten: más del 40% de los estudiantes de universidades públicas provienen de hogares pobres, un porcentaje que se duplicó en menos de 30 años.
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