Marilyn Da Silva @maridasilvadesa es una venezolana que, como a millones, le tocó tomar una decisión que tras varios años aún la hace llorar y no fue otra que recoger sus pertenencias y recuerdos, para embalarlos en un par de maletas.
“Soy una venezolana más fuera de Venezuela”, le cuenta a @Nandasalas con una media sonrisa en su rostro.
En el año 2022 tomó la decisión de emigrar “puedo decir que no fue una decisión fácil. Fue una de las decisiones más difíciles que me ha tocado tomar en mi vida”, dijo en #SoyVenezolano
Con 34 años de vida, comentó que su decisión se debió a causas familiares “yo salgo de Venezuela, porque mi familia en el año 2017 decide irse a Portugal y fue solo hasta el 2022 que yo decidí dejar mi país. De una u otra forma, internamente, muchísimos venezolanos tenemos la esperanza y el querer que el país cambie y vaya a mejor, pero por circunstancias de la vida el estar lejos de mi familia, sentía que ya Venezuela no era mi hogar”.
Marilyn acotó que, para ella, su hogar “es donde está mi familia y en ese momento Venezuela dejó de serlo, cuando mis padres deciden irse”. En 2018, ella acompañó a su papá a Portugal “de vacaciones”, mientras él se reuniría con su esposa e hijo menor, quienes ya tenía un año en Europa.
En negación
La venezolana recordó que para entonces su plan no era quedarse en Portugal, “yo tenía un negocio de cotufas gourmet en Venezuela y estaba con mi pareja. Realmente, quería seguir apostando a Venezuela, como muchísimos que nos quedamos y luchamos”, dijo con la vos entrecortada y lágrimas en el rostro.
“Cuando mis padres se fueron, una parte de mí no quería irse, pero otra parte de mí me hacía sentir muy culpable por estar lejos de mi familia. Mi papá es una persona bastante grande y si pasaba alguna cosa, la distancia no me ayudaba en nada”, contó.
Marilyn recordó que se encontraba en negación, con la esperanza de que las cosas comenzarán a mejorar en su país natal “yo me mantenía optimista, siempre positiva a que iba a estar bien, para que ellos regresaran”.
Cambiando forma de pensar
En su optimismo buscó nuevas oportunidades para emprender y prosperar: “Luego abrí un nuevo negocio de sombrero de paja de moriche, me iba bien y era un negocio que me gustaba, pero me sentía sola. No sentía que era completamente feliz porque me faltaba mi otra mitad, que es mi familia y a la gente que está afuera sabe, realmente, a lo que me refiero”.
Estuvo en Portugal un año, trabajando en una fábrica que realiza cajas para perfumes de lujo y en ese tiempo conoció un nuevo amor. “Luego decido mudarme a Milán, Italia, porque conozco a mi pareja y tomamos la decisión de venirnos. Han sido decisiones que no me esperaba, miro hacia atrás y nunca pensé vivir en Italia o en Portugal”.
Marilyn reiteró que en sus planes estaba quedarse en su país, “una de las cosas que más extraño de Caracas es ir al Ávila, despertarme todos los días con el cielo azul y el sol. Creo que nosotros no valoramos eso hasta que salimos de Venezuela y no vivimos en países, por ejemplo, en Europa que existen las estaciones. Existen meses que no ves el sol, que no ves el cielo azul”.
Asimismo, dijo que le hace falta el calor humano de su gentilicio “yo extraño ir a una panadería, pedir un cachito y que me digan ‘hola, mi reina, qué pongo’ o ‘mi amor’ o ‘flaca’, creo que son cosas que no les damos valor cuando estamos en el país”.
Para concluir, Marilyn añadió que agradece la oportunidad de estar cerca de su familia “y de poder estar viviendo esta experiencia. Ahora estoy trabajando en una empresa de customer service para una marca de maquillaje famosa en Italia, en el mercado español y portugués, aunque parezca tonto para mí ha sido un orgullo el saber que, puedo hacer otras cosas”.
Agregó “A Milán me traje mis sombreros porque quiero que cuando alguien los use acá se transporten, como yo, a la playa, a esos años tan bonitos que me dio mi país; porque todos los días de mi vida extraño a Venezuela. Siempre me voy a sentir orgullosa de decir que soy venezolana”.
