“No hay plata”. Javier Milei hizo ese diagnóstico al asumir como presidente de Argentina el 10 de diciembre de 2023 y advirtió de que se avecinaba un duro recorte del gasto público para eliminar el déficit fiscal y bajar la inflación. A lo largo de los dos primeros años de su mandato, el líder ultra pasó la motosierra por la obra pública, los subsidios a la energía y al transporte, las jubilaciones, los empleos estatales, las universidades y hospitales nacionales y la investigación científica, entre otras áreas de un Estado al que prometió “destruir desde dentro”. Benefició, por el contrario, a evasores fiscales, importadores, grandes empresas de minería y energía y agroexportadores con el objetivo de atraer dólares y cambiar la matriz productiva de Argentina. Este miércoles, Milei llega al ecuador de su mandato fortalecido tras la victoria en las elecciones de medio término, pero con una economía que funciona a dos velocidades y que tuvo que ser rescatada por Donald Trump ante la falta de reservas.
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