
La política venezolana está de luto. Este viernes 11 de julio se conoció el fallecimiento de Paulina Gamus, reconocida dirigente del partido Acción Democrática (AD), exministra de Cultura y una de las voces más lúcidas y valientes en la defensa de la democracia venezolana.
Por lapatilla.com
La noticia fue confirmada por el periodista César Miguel Rondón, quien la despidió con un mensaje emotivo en su cuenta de X: «Con mucha tristeza e inmenso dolor informo la muerte de Paulina Gamus. Una mujer admirable, brillante, y firme defensora de las mejores causas, empezando por la democracia. Me honró con su franca y generosa amistad. Nos hará mucha falta. Paz a su alma.»
Paulina Gamus murió a los 88 años de edad, dejando atrás una vida dedicada al servicio público, al pensamiento crítico y a la lucha frontal contra los autoritarismos.
Nacida en Caracas en 1937, provenía de una familia judía con raíces en Alepo y Salónica. Su carrera fue tan larga como contundente: fue concejal, parlamentaria, senadora, viceministra de Turismo, presidenta del Conac y, entre 1986 y 1989, ministra de Cultura durante el gobierno de Jaime Lusinchi. A lo largo de su trayectoria, también estuvo al frente de la antigua Policía Técnica Judicial, un dato poco recordado pero revelador del alcance de su compromiso público.
No solo fue una mujer de cargos, sino una mujer de ideas. Durante los últimos años se destacó como columnista, opinadora, y figura referencial dentro del pensamiento democrático venezolano. Fue crítica sin titubeos del chavismo, pero también de las ambigüedades dentro de la oposición. Su claridad, su ética y su coherencia la convirtieron en una referencia respetada incluso por quienes no compartían su visión política.
Paulina fue una de las pocas mujeres judías que logró escalar a lo más alto del poder político en Venezuela sin renunciar a sus convicciones ni a su identidad. Nunca jugó a la corrección política ni al cálculo: decía lo que pensaba y lo hacía con argumentos. Su estilo directo, firme y sin adornos le ganó tanto admiradores como detractores, pero jamás pasó desapercibida.