Los cardenales que participarán desde este miércoles 7 de mayo en el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco terminaron la misa Pro Eligendo Pontifice y almorzarán juntos antes de encerrarse en la Capilla Sixtina.
La misa, oficiada en la basílica de San Pedro del Vaticano por el cardenal decano Giovanni Battista Re, instó en la homilía a preservar la unidad de la iglesia, ante los purpurados, otros prelados católicos y aproximadamente 5.000 fieles.
Tras la eucaristía, los 133 cardenales con derecho a voto en el cónclave, por tener menos de 80 años de edad, deberán permanecer dentro del territorio vaticano pues tienen prohibido abandonarlo y comunicarse con alguien del exterior hasta que hayan elegido a un nuevo pontífice.
Luego de la homilía, los purpurados regresaron a la residencia Casa Santa Marta, donde dormirán durante el cónclave, para participar en un almuerzo conjunto. Esta será la primera comida que reunirá a la totalidad de los votantes, lo que puede dar pie a debates o conversaciones.
Encierro y primera votación del cónclave
Tras el almuerzo en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, los cardenales procesionarán hasta la cercana Capilla Sixtina para encerrarse y llevar a cabo la primera votación.
El resultado de la misma, como manda la tradición, se anunciará al mundo exterior con el humo de la chimenea en el tejado de la Sixtina. Si es blanco, habrán elegido un nuevo papa; si por el contrario es negro, el cónclave deberá continuar.
Está previsto que la fumata de esta primera votación se produzca a partir de las 5:00 pm (hora local).
De no llegar a un acuerdo, el cónclave continuará los próximos días con cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde), aunque solo se prevén dos fumatas al día.
Preparativos en el Vaticano
Unos 5.000 fieles se concentraron en la plaza de San Pedro para esperar que las pantallas retransmitan el inicio de la ceremonia.
Los fieles tuvieron que pasar controles policiales para acceder, mientras que cientos de periodistas se concentraron en la adyacente plaza Pío XII y en las plataformas instaladas para seguir la primera fumata tras la única votación de la tarde.
Por ahora se retiraron los vehículos de las calles adyacentes al Vaticano, pero no restringieron el tráfico en las adyacencias, debido a que sólo se espera una gran afluencia después de que llegue la fumata blanca que anuncia que hay un nuevo papa.
Con respecto a los arreglos en la Capilla Sixtina, los cardenales ocuparán dos filas de bancos en las paredes laterales y tres, más cortas, en el fondo opuesto al monumental fresco de El Juicio Final que Miguel Ángel pintó entre 1508 y 1512.
Los cardenales se sientan por un orden establecido según su categoría como purpurados. En primer lugar los llamados cardenales obispo, los de mayor rango en el Colegio, y después los presbíteros y los diáconos.
Al comienzo de la sala, en un lateral, hay una mesa en la que está colocado un tablero con bolas numeradas, hasta 133, destinadas a contabilizar el proceso de votación, así como las papeletas de escrutinio y una madeja de hilo rojo con una aguja en la que se ensartarán esos sufragios que serán quemados para indicar al mundo, mediante la chimenea, si hay papa o no.
La Capilla Sixtina permanece cerrada al público desde el 28 de abril, dos días después del funeral y entierro de Francisco.
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