Gustavo Petro, el presidente de Colombia, ha hecho una vida política entera en defensa de la paz en su país, donde se han vivido décadas de conflicto interno. Ese discurso también lo ha llevado al ámbito internacional, aunque a veces de manera ambigua. Así como ha condenado desde el primer día la invasión de Gaza por parte de Israel -una postura que al principio parecía poco diplomática, pero a la que después se ha ido sumando un gran número de naciones-, no ha hecho lo mismo con la invasión rusa en Ucrania. En este segundo conflicto se ha prevenido mucho de criticar a Vladimir Putin y suele hablar en genérico de un “acuerdo de paz” entre dos países, sin tener en cuenta que uno es el agresor y el otro el agredido. El encuentro que mantendrá este sábado en Suiza con Volodímir Zelenski, sin embargo, invita a pensar que Petro está matizando poco a poco sus posiciones.
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