La perdida del celular que el menor de edad que atentó contra Miguel Uribe Turbay llevaba el día de los hechos todavía suscita controversia. Se trata de uno de los vacíos que tiene la investigación judicial que se adelanta por el atentado contra el senador y precandidato del Centro Democrático. Y ha sido objeto de múltiples interpretaciones.
Por semana.com
En los primeros días de la investigación, la fiscal general, Luz Adriana Camargo, aseguró que el teléfono sí se ve en varios videos de las cámaras de seguridad que registraron lo que pasó el día del atentado. Allí se observa al joven con un teléfono en sus manos desde el primer momento en el que llegó al barrio Modelia, en Bogotá, en una motocicleta. Incluso se sabe que desde ese celular hizo una transacción por Nequi, cuando estaba en una cafetería, para comprarse un helado.
Hoy se sabe que ese aparato no era del joven, sino de alias el Costeño, el jefe sicarial que habría organizado todo el operativo que tenía como objetivo asesinar al senador. Por ahora, las autoridades no han logrado ni capturar al Costeño, ni recuperar ese teléfono.
Katherine Andrea Martínez, la joven de 19 años que participó en el atentado y fue capturada en Caquetá reveló detalles de lo que sucedió con lo que sería una de las piezas clave para descubrir la verdad del crimen.
“Le dijeron que dejara el celular en el carro, porque de pronto lo botaba corriendo. Ahí nos despedimos todos dentro del carro. El chico me dio la mano, se despidió de Elder y este le dijo que iba a salir bien y que él estaba pendiente de que no le fuera a pasar nada. Le dice: ‘Con fe, manito’. El chico se baja, se va caminando por la misma calle”, dijo la mujer en su declaración ante la Fiscalía.
En su interrogatorio, ella cuenta lo que sucedió finalmente con el celular. “El venezolano le dijo que qué hacía con el celular del chico, Elder le pregunta dónde está el celular y el venezolano le señaló el asiento del copiloto y le dice ese es el celular. Elder le dijo que le sacara la sim, que lo reseteara, que lo vendiera o que lo botara”.
Katherine Andrea también reveló con frialdad los detalles del crimen y como la meta, desde el comienzo, fue descargar todas las balas posibles en la cabeza del senador.
“Elder empezó a hablar del arma. Que esta arma venía del extranjero y que era una Glock, que había costado como 15 o 20 millones de pesos, que era un juguetote. Además, Elder le dice: ‘Todos a la cabeza’. El muchacho (menor de edad) le dice: ‘Le voy a dar uno o dos en la cabeza y me voy’”, dijo ella.
El celular del joven sicario
Este viernes, lo que contenía el verdadero celular del joven sicario, comenzó a revelarse. Se trata de otro aparato, que el menor no llevó el día del atentado, sino que dejó en su casa.
Ese celular sí fue recuperado por las autoridades el mismo día del atentado, en un allanamiento que hicieron a la residencia del menor.
“De acuerdo con las autoridades, en el dispositivo se encontraron 30 fotografías del alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y una más, de la fiscal general, Luz Adriana Camargo”, señaló Noticias RCN.
Por el momento, no se sabe la razón por la cual el joven tenía tantas fotografías del alcalde Galán y la imagen de la fiscal general.
En su edición impresa del 14 de junio, SEMANA había revelado el testimonio del menor de edad. El joven sicario les contó a las autoridades cómo fue contactado por el jefe de la “olla” para perpetrar el crimen. Le ofrecieron 20 millones de pesos por dispararle al senador. Allí el menor narró cómo hoy cree que el plan siempre fue que lo mataran en el atentado.
