
“Cuando contamos con un poder militar fuerte, apoyo internacional sólido y una sociedad resiliente que respalda a nuestras fuerzas armadas, si fueras Xi Jinping, verías esto como un hueso duro de roer”. Con esta advertencia, un alto funcionario de seguridad de Taiwán sintetizó el mensaje que la isla busca enviar a China durante los ejercicios militares anuales Han Kuang, que este año se han ampliado de forma significativa en duración y alcance.
Por Infobae
Taiwán ha iniciado unas maniobras de defensa de diez días, el doble de largas y mucho más extensas que en ediciones anteriores, en respuesta al aumento de la presión militar china y a las amenazas de invasión.
El miércoles, Taiwán dio inicio a los ejercicios con la movilización inédita de 22.000 reservistas, una cifra que marca un salto respecto a años previos. Por primera vez, una brigada completa de entre 2.000 y 3.000 reservistas fue convocada para evaluar la rapidez con la que puede entrenarse y desplegarse a un contingente de tal magnitud. En un campus escolar del norte de la isla, cientos de estos reservistas repasaron el manejo de fusiles y morteros, actualizaron sus conocimientos de cartografía y practicaron combate cercano.
También se efectuaron maniobras que involucraron el uso masivo de drones, de acuerdo a lo reportado por el diario The Wall Street Journal.
Según Ian Easton, profesor asociado en el U.S. Naval War College, la movilización de reservistas resulta esencial para la defensa de la isla, ya que “aportan habilidades especializadas y mucha mano de obra. Cubren vacíos defensivos en todo el país”.

El despliegue de recursos no se limita a la infantería. El jueves, el presidente Lai Ching-te supervisó la primera demostración pública de fuego real de los nuevos tanques estadounidenses M1A2 Abrams, que reemplazan a los antiguos Patton de la era de Vietnam. En un campo de tiro costero en Hsinchu, un pelotón de tanques disparó proyectiles reales contra blancos fijos y móviles, con el mar agitado del Estrecho de Taiwán como telón de fondo.
Además, se incorporaron los sistemas lanzacohetes Himars, de fabricación estadounidense, entregados a finales del año pasado, que permiten alcanzar objetivos en la costa sudeste de China. Los ejercicios también incluyen maniobras con drones, una novedad en la estrategia defensiva taiwanesa.
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