Corea del Sur, Estados Unidos y Japón reafirmaron este viernes su compromiso con la completa desnuclearización norcoreana, en una reunión diplomática trilateral celebrada en Kuala Lumpur, pese a que Pionyang sigue ignorando la apertura al diálogo de Seúl y Washington.
El encuentro fue celebrado por el primer viceministro de Exteriores surcoreano Park Yoon-joo, el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y el canciller japonés Takeshi Iwaya, al marco de las reuniones de la Asean, según un comunicado de la Cancillería surcoreana.
«Corea del Sur, Estados Unidos y Japón reafirmaron en la reunión que su objetivo de la completa desnuclearización de Corea del Norte sigue siendo firme, y acordaron mantener una fuerte disuasión contra Pionyang sobre la base de una estrecha cooperación trilateral y seguir ampliando su cooperación en materia de seguridad,» dijo el comunicado.
La parte de Corea del Sur afirmó que tal objetivo se mantiene inalterable, destacando los esfuerzos de Seúl por reducir tensiones y restablecer el diálogo con Pionyang, en línea con la postura de reconciliación intercoreana de su mandatario Lee Jae-myung, que esta semana reiteró su apuesta por la distensión con Pionyang.
«La paz y la coexistencia entre las dos Coreas es la opción más realista y práctica para garantizar nuestra seguridad nacional», dijo Lee durante su primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional desde que asumió el cargo.
Lee también ha ordenado detener las emisiones de propaganda con altavoces en la frontera y pidió a los grupos civiles suspender el envío de panfletos anti-Pionyang, con la esperanza de que estos gestos creen las condiciones para reabrir el diálogo con el Norte.
Asimismo, la Casa Blanca dijo en junio que el presidente estadounidense Donald Trump sigue abierto a comunicarse con Kim Jong-un.
Estas declaraciones se produjeron tras un reporte del medio especializado NK News que, citando a fuentes cercanas al asunto, aseguró que diplomáticos norcoreanos en Nueva York habrían rechazado en múltiples ocasiones una carta de Trump dirigida al líder norcoreano Kim Jong-un con la intención de reactivar el diálogo bilateral.
Aunque el régimen norcoreano no ha emitido comentarios oficiales, en los últimos días ha dado algunas señales conciliatorias sobre el terreno: apagó sus altavoces de propaganda en la frontera en respuesta a la decisión del presidente Lee y envió un patrullero para recibir a seis ciudadanos norcoreanos repatriados por el Sur esta semana.
La postura trilateral de desnuclearización, sin embargo, contrasta con las múltiples ocasiones en las que Trump se refiere a Pionyang como una «potencia nuclear», lo cual, según Seúl, contradice el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en el que el Norte no puede ser reconocido como un Estado poseedor legítimo de armas nucleares.
Asimismo, muchos expertos indican que Pionyang tiene menos incentivos que nunca en cooperar con Washington y Seúl en términos de la desnuclearización, tras el fortalecimiento de sus relaciones con Moscú y el bombardeo de EEUU a Irán.
La coordinación trilateral también se desarrolla en un contexto complejo para la relación bilateral entre Seúl y Washington, marcada por la intención de Trump de incrementar la contribución surcoreana al mantenimiento de las tropas estadounidenses en la península.
También se especula que en su nueva estrategia de defensa para el Indopacífico, EEUU podría ajustar las operaciones de sus fuerzas en Corea del Sur para disuadir a China, sin un enfoque exclusivo en Pionyang.
A este telón de fondo se suman las negociaciones comerciales entre Seúl y Washington, en las que ambos gobiernos discuten una prórroga de la suspensión de aranceles recíprocos más allá del 1 de agosto.
El asesor de seguridad nacional surcoreano, Wi Sung-lac, ha sugerido públicamente que un eventual acuerdo podría incluir un «paquete» más amplio que incorpore aspectos de seguridad y defensa junto con los económicos.
La reunión trilateral de cancilleres se produce apenas unas horas después de que los jefes de los Estados Mayores de los tres países celebraran su propia cumbre (Tri-CHOD) en Seúl. En el encuentro, los tres reafirmaron su compromiso con la disuasión frente a Pionyang, pero EEUU fue el único que advirtió del fortalecimiento militar de China.
En paralelo, las fuerzas aéreas de los tres aliados realizaron ejercicios militares conjuntos, en Corea del Sur, con la participación de un bombardero estadounidense B-52H, para fortalecer la coordinación de su respuesta combinada.
EFE