Para muchos venezolanos que encontraron refugio en España huyendo de la crisis en el país, la noticia de un apagón que afecta diversas zonas este 28 de abril de 2025 evoca recuerdos del colapso eléctrico de marzo de 2019.
Por lapatilla.com
Aquella prolongada oscuridad en Venezuela no fue solo la ausencia de luz; significó días de angustia, incomunicación, pérdida de alimentos, hospitales al borde del colapso y la palpable sensación de vulnerabilidad. Ahora, enfrentarse a un apagón en su nuevo hogar, inevitablemente despierta la amarga memoria de una mala vivencia que marcó a toda una nación.
La experiencia venezolana del 2019 estuvo signada por la incertidumbre y la desinformación, con una narrativa que culpaba a sabotajes externos sin ofrecer soluciones concretas a la raíz del problema: años de desinversión y falta de mantenimiento en la infraestructura eléctrica. Para quienes vivieron esa angustia y ahora se encuentran en España, la respuesta y la gestión de este nuevo apagón serán cruciales.
Si bien las circunstancias y las causas del apagón en España son presumiblemente distintas a las del colapso venezolano, la sensación de fragilidad en el suministro eléctrico resuena con fuerza en la diáspora.
Para los venezolanos que vivieron la oscuridad de 2019, este evento en España no es solo una interrupción del servicio; es un recordatorio de la precariedad que los obligó a buscar un nuevo comienzo, reabriendo viejas heridas y la constante esperanza de un futuro con servicios básicos garantizados.