Venezuela acude a las urnas a este domingo en medio de una gran urgencia histórica, como si el país se encontrase en un cruce de caminos. La permanencia en el poder del chavismo, que ha regido el destino de la nación desde hace 25 años, se encuentra en entredicho por esta elección presidencial, la sexta desde la irrupción de Hugo Chávez en 1998. En el Palacio de Miraflores, la sede estilo neobarroco tropical del Gobierno, repleta de cuadros y bustos de Simón Bolívar y del propio Chávez, no terminan de entender cómo se ha llegado a esta situación límite. En sus pasillos cunde la estupefacción. “No se hizo un análisis de riesgos correcto”, dice un dirigente del PSUV, el partido oficialista. El presidente Nicolás Maduro y sus asesores, todos ellos curtidos en procesos electorales de alto voltaje, pensaban hace un par de meses que tenían todo bajo control. Era un espejismo.
Venezuela acude a las urnas a este domingo en medio de una gran urgencia histórica, como si el país se encontrase en un cruce de caminos. La permanencia en el poder del chavismo, que ha regido el destino de la nación desde hace 25 años, se encuentra en entredicho por esta elección presidencial, la sexta desde la irrupción de Hugo Chávez en 1998. En el Palacio de Miraflores, la sede estilo neobarroco tropical del Gobierno, repleta de cuadros y bustos de Simón Bolívar y del propio Chávez, no terminan de entender cómo se ha llegado a esta situación límite. En sus pasillos cunde la estupefacción. “No se hizo un análisis de riesgos correcto”, dice un dirigente del PSUV, el partido oficialista. El presidente Nicolás Maduro y sus asesores, todos ellos curtidos en procesos electorales de alto voltaje, pensaban hace un par de meses que tenían todo bajo control. Era un espejismo.