Doña Rosita huyó de Colombia hace más de 50 años por la pobreza y la violencia. Llegó a la Caracas de los setenta, una ciudad cosmopolita en la que había muchos más lujos que en su pueblo. Fue como aterrizar en otro planeta. En la capital venezolana circulaban coches de alta gama por las autopistas y la clase media-alta pasaba fines de semana en Miami. En ese tiempo llovían los petrodólares que ingresaba el país por la exportación masiva de crudo.
Trump promete medidas tras la muerte de Kirk: «Los radicales de izquierda son el problema. Son crueles, horribles y políticamente astutos»
Mientras el gobernador de Utah insta a bajar el tono y "no devolver odio con odio y violencia con violencia",...