Doña Rosita huyó de Colombia hace más de 50 años por la pobreza y la violencia. Llegó a la Caracas de los setenta, una ciudad cosmopolita en la que había muchos más lujos que en su pueblo. Fue como aterrizar en otro planeta. En la capital venezolana circulaban coches de alta gama por las autopistas y la clase media-alta pasaba fines de semana en Miami. En ese tiempo llovían los petrodólares que ingresaba el país por la exportación masiva de crudo.
La matanza policial en Brasil reaviva el debate sobre cómo combatir el crimen organizado en América Latina
La operación policial que el martes dejó en Río de Janeiro un reguero inédito de muertos (121, según el último...
 
			 
    	 
		    





